Eres como el café frío por la mañana.
Eres esa canción fría,
que consideras tu himno.
Eres esos días fríos,
en los que tus compañeros
son la lluvia, las estrellas y el insomnio.
Eres un beso frío en un día cálido.
Eres contradicción y adicción.
Eres metal y cristal.
Eres grito y susurro.
Eres miedo;
miedo de que gris tome color,
miedo de que voz se calle,
miedo de que cristal se quiebre.
Pero,
sobre todo,
tienes miedo de perderte.
Perderte en el mar de tu mente.
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